No quiere decir que estén menos protegidos.

¿Qué significa no tener efectos secundarios de la vacuna COVID-19?

Por: Paula Muñoz
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Muchas personas que han recibido la vacuna contra el COVID-19, han experimentado efectos secundarios como fatiga, escalofríos, dolores musculares y fiebre. 

Aunque otros sólo sienten dolor en el brazo vacunado o incluso hay quienes no tienen ninguna molestia.

Ante esto, el doctor David Dowdy, epidemiólogo y profesor asociado de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg, explica a Today que es normal que haya gente que tenga efectos secundarios más fuerte que otros

Aclara que esto no significa que quienes no los tengan no les haya hecho efecto la vacuna. "Las personas que no tienen esas reacciones todavía están muy protegidas", señaló.

"No significa que las personas que tienen efectos secundarios más fuertes sean las que están más protegidas (...) Se trata mucho más de cómo los cuerpos de las personas están en sintonía con lo que está haciendo su sistema inmunológico”, explicó Dowdy.

Asimismo, el doctor Albert Ko, profesor de epidemiología y medicina en la Escuela de Salud Pública de Yale, afirmó que "lo que sabemos de los ensayos (clínicos) es que no existe una correlación entre no experimentar síntomas y no poder generar una respuesta inmune".

"La gente todavía tiene buenos anticuerpos... sin importar si experimentaron síntomas o no después de la vacunación. La gente no debe sospechar que si no presentan síntomas, la vacuna no funcionó", explicó a Today.

Efectos secundarios de la vacuna

Un estudio publicado en la revista médica JAMA, analizó los efectos  secundarios de las vacunas Moderna y Pfizer en casi  2 millones de personas que  participan en el sistema de vigilancia V-safe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Los participantes van notificando sus reacciones hasta un año después de la última dosis. Los mayores efectos tras la primera dosis fueron la fatiga y el dolor en el lugar de la inyección. 

Mientras que los efectos secundarios fueron "sustancialmente mayores" después de la segunda dosis de ambas vacunas: más del 50% experimentó fatiga, el 40% tuvo dolores de cabeza y más del 30% tuvo escalofríos. Los efectos secundarios fueron más en personas con la vacuna Moderna que con Pfizer.

 

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